También llamado Castillo de la Vaguada. Es un recinto muy bonito, parece que hace algunos años se ha rehabilitado algo y está consolidado. El castillo se encuentra cerrado, aunque puede que poniéndose en contacto con el ayuntamiento, puedas ser visitado por dentro. Nosotros solo lo vimos por fuera. Es un monumento de altos muros y torres, imponente. Fue fabricado en mampostería a mediados del siglo XV.
El origen de la población parte de un pequeño núcleo poblacional llamado Don Falcón. A mediados del siglo XIII el rey Sancho IV otorgó a su Camarero Mayor el privilegio de repoblarlo con 50 vecinos nuevos y convertirlo en la Villa de Villalba de los Barros. En 1395 la villa, con su castillo y su término, fue comprada por el Maestre Lorenzo Suarez de Figueroa para unirlo al Señorío de Feria.
El origen del castillo está en los restos de los cimientos de una fortaleza almohade levantada en tapial bajo los lienzos de las zonas inferiores. Existe documentación anterior a 1400 en la que Enrique III autoriza al Señor de Feria a reforzar el castillo, lo que implica que ya existía un castillo en esas fechas. El monumento, de planta cuadrangular, dispone de cubos cilíndricos en sus esquinas y cubos semicilíndricos en tres de sus cuatro lados ya que en el lado norte se ubica la gran Torre del Homenaje. Adosada al exterior de la torre, se encuentra otro cubo semicilíndrico, que la hace aún más grande e imponente. Tiene tres plantas y bóvedas de medio cañón. Fabricada en mampostería con sillares en sus esquinas y ladrillo en las bóvedas.
En el centro del castillo se encuentra el patio de armas y, a pesar de los deterioros que muestra el monumento, se pueden apreciar elementos de estilo mudéjar en algunas ventanas y en pinturas al fresco en las habitaciones de la primera planta. A mediados del siglo XV, se siguió dotando a la fortaleza de nuevos elementos defensivos como la barrera exterior. Todos estos datos del inicio de su construcción se encuentran reflejados en una losa en el adarve.
La planta baja estuvo pavimentada con ladrillo, pero solo en el paso de las personas, y piedra por donde pasaban las caballerías. Los Señores de Feria residieron en el castillo hasta su traslado al Alcázar de Zafra a mediados del siglo XV. En el XVIII se abandona la fortaleza y empieza a ser usada como refugio de personas de paso y vagabundos, que hicieron bastante daño al recinto, con expolios para aprovechamiento de sus materiales, sin puerta, se llevaron todo el hierro, derribaron columnas de mármol de ventanas, dañaron el enladrillado de los suelos, etc. El castillo incluso se utilizó como hospedaje de cerdos y demás ganado.
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