Aunque no lo pudimos ver por dentro porque llegamos cuando ya estaba cerrado, le pongo las cinco estrellas porque sé que es visitable, con bastante horario. El exterior es precioso y por dentro ofrece muchas cosas, como mobiliario, una botica, una colección de muñecas, etc. Aunque la visita es libre, antes te dan una breve explicación de lo que vas a ver. Ese a mi entender, es un punto negativo ya que este castillo, por como esta y por lo que contiene, merecería una visita guiada.
Es una fortaleza medieval del siglo XV y es considerado el mejor castillo de Palencia aunque, es de titularidad particular. Fue García López de Ayala, primer titular del Mayorazgo de Ampudia el que lo construyó. Su hijo, Pedro Ayala y Rojas, se enfrentó a su propia madre, María Sarmiento por la posesión del castillo. Pedro, que era conde de Salvatierra, mostraba una actitud contraria al reinado de Carlos I por lo que se fortificó en este castillo. Tropas realista, comandadas por Beaumont y el corregidos asturiano Pedro Zapata, pusieron rumbo a Ampudia de motu propio y comprobaron, en primera persona, la hostilidad de los habitantes de la villa que, los recibieron disparándoles con arcabuces y, negándoles pan y vino a los soldados. Tan sólo la astucia de los generales castellanos en la negociación, propició que se pudieran apoderar de Ampudia sin combate.
Ante la noticia de que Ampudia había sido tomado por tropas leales al rey, Juan Padilla salió desde Valladolid hacia Ampudia y unió sus tropas a las del Obispo Acuña aglutinando a unos cuatro mil hombres. Viéndolos venir, el general Beaumont abandonó la villa dejando una pequeña guarnición y se marchó a Torremormojón seguido por Padilla y Acuña. Viendo el percal, Beaumont y sus tropas abandonaron el castillo por una puerta oculta, franqueando la conquista de la fortaleza a las tropas comuneras. Una vez tomada Torremormojón, se inicia la Batalla de Ampudia, donde los comuneros, comandados por Padilla y el obispo Antonio de Acuña, intentaban recuperar este castillo. Tras algunos días de asedio, la tomaron el 21 de enero. Tras la derrota de los sublevados, el rey confiscó el castillo y lo devolvió a la familia a cambio de 20.000 ducados.
En 1597 el castillo pasó a manos del Duque de Lerma que era el favorito del Rey Felipe III, que celebró aquí varias veces, las Cortes de Castilla. Poco después el recinto fue abandonado entrando en período de ruina. En 1960 el galletero Eugenio Fontaneda, que era de Aguilar de Campoo, lo adquirió para arreglarlo, para poner un museo para su colección de objetos de arte y antigüedades de la Cuenca del Duero. El monumento es un ejemplo de castillo palacio señorial castellano y, dado su magnífico estado después de la reconstrucción llevada a cabo por Fontaneda, es una joya de la arquitectura medieval de la región.
La colección se encuentra distribuida en seis salas: Arqueología, con armas de la Edad del Bronce, estelas funerarias de época romana, arte sacro con tallas de los siglos XIII al XV, mobiliario y pinturas de los siglos XV al XVIII, juguetes, armas, instrumentos musicales, etc; Como he comentado antes, farmacia; Etnografía y artes populares, escudos nobiliarios, elementos arquitectónicos, pilas bautismales, etc. Un museo con muchas cosas interesantes.
El recinto es de arquitectura gótica, de planta trapezoidal con torreones en los ángulos cuya Torre del Homenaje ocupa el del sudoeste. Una de las torres se derrumbó ya que las bodegas que hay al lado de la torre, perjudicaron los cimientos de la misma. El foso era salvado por un puente levadizo. Se encuentra rodeado de una barbacana con torres redondas. Su fachada es muy elegante y simétrica con elementos de traza flamenca.
La fachada cuenta con dos garitas y en la puerta podemos apreciar el escudo del Duque de Lerma, primer especulador del reino que, convenció al rey de trasladar la corte a Valladolid habiendo comprado previamente todo lo comprable y vendiéndolo después a precio de oro. Con el dinero obtenido, se dedicó a comprar todo lo posible en la Villa de Madrid y, volvió a convencer al rey tan solo cinco años después, de volver a Madrid, volviendo a hacer el negocio del milenio. Era tanto el poder que ostentaba y tan alto el nivel de corrupción que al final, para salvar su vida, se hizo obispo por lo que, por Madrid corría la cancioncilla "Para no morir ahorcado, / el mayor ladrón de España, /se vistió de colorado". En éste castillo es donde se firmó el documento que dictaminaba el cambio de la capitalidad del reino de vuelta desde Valladolid a la villa de Madrid.
Propietarios ilustres del castillo, aparte de los ya mencionados son: Don Juan de Alburquerque, La Casa de Alba y El Conde de la Granja. Como huéspedes destacados residieron entre sus muros: Doña María de Molina, y los propios Fernando el Católico y Carlos I, que retuvo en este castillo a los hijos del monarca francés Francisco I tras la Batalla de Pavía en calidad de rehenes.
¡¡Conoce y vive España!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario