La Torre de Hércules es el faro más antiguo en funcionamiento del mundo y uno de los grandes símbolos de A Coruña. Su origen se remonta a la época romana, en torno al siglo I o II d. C., cuando fue construido bajo el mandato del emperador Trajano, aunque algunos estudios también apuntan a tiempos de Vespasiano o Domiciano.
El arquitecto al que se atribuye la obra es Cayo Sevio Lupo, de origen lusitano, cuyo nombre figura en una inscripción hallada en el propio monumento. Su función inicial era la de servir como faro y señal marítima para guiar a los barcos que navegaban por la peligrosa costa atlántica, muy transitada en época romana por el comercio de estaño y otros metales. Durante la Edad Media, la torre perdió su función original y llegó a quedar en parte abandonada, aunque nunca se destruyó. Se usó como atalaya defensiva y como punto de referencia para las embarcaciones, aunque sin el sistema de fuego constante que tuvo en tiempos romanos.
En aquellos siglos, las leyendas también comenzaron a rodear el monumento, vinculándolo con Hércules, Gerión y otros mitos de origen clásico que reforzaban su carácter simbólico. A partir del siglo XV, cuando la ciudad empezó a crecer como puerto comercial importante en la Corona de Castilla, el edificio volvió a tener un papel estratégico y se integró en las defensas costeras. Una de las transformaciones más significativas llegó en el siglo XVIII, durante el reinado de Carlos III. En ese momento se decidió restaurar y remodelar por completo la torre, ya muy deteriorada por el paso de los siglos.
El ingeniero encargado fue Eustaquio Giannini, quien entre 1788 y 1791 recubrió el antiguo núcleo romano con un revestimiento de granito y rediseñó las fachadas en estilo neoclásico. Gracias a esa intervención, la Torre de Hércules adquirió el aspecto que conserva en la actualidad, aunque en su interior todavía permanece el núcleo de la construcción romana, perfectamente identificable. Arquitectónicamente, la torre es un prisma cuadrangular con varias plantas, que en origen contaba con una rampa helicoidal interior por donde se subía hasta la linterna. Hoy tiene una altura de unos 55 metros, lo que la convierte en una referencia visible desde varios kilómetros mar adentro.
Su interior combina elementos de la ingeniería romana con las reformas ilustradas del siglo XVIII, lo que la convierte en una pieza única de arquitectura marítima. Entre sus curiosidades destaca que ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2009, lo que consolidó su valor universal. Además, a su alrededor se ha desarrollado un parque escultórico con obras modernas que dialogan con la historia y el mito. También se relaciona con leyendas locales, como la que cuenta que Hércules luchó contra el gigante Gerión en este lugar y enterró su cabeza bajo la torre. Su vinculación simbólica con la ciudad es tal que aparece en el escudo heráldico de A Coruña.
La torre se encuentra situada en la península coruñesa, en la costa atlántica, en una zona elevada que domina el mar y que históricamente fue clave para la navegación. Su estado de conservación es excelente gracias a las restauraciones y cuidados periódicos, lo que le permite seguir cumpliendo su función de faro. La Torre de Hércules es, en definitiva, un testimonio vivo de la continuidad histórica desde Roma hasta nuestros días, y un símbolo de la ciudad.
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