También conocido como Castillo de los Zúñiga, es un precioso castillo, bien conservado. A su alrededor tenemos un parque con aparcamientos muy amplios para la llegada de visitantes pero por desgracia, solo se puede entrar al monumento en fines de semana y festivos, por ello le pongo peor nota. El castillo en si, nos ha gustado mucho al menos por fuera. Lo estuvimos viendo desde todos los ángulos posibles y disfrutamos mucho de la belleza del monumento.
Fue construido en el siglo XV y pertenece al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La población debió contar con un castillo anterior ya que, por orden del rey y entre otras fortalezas, aquí también estuvo recluida Doña Blanca de Borbón, esposa de Pedro I de Castilla. El castillo se encuentra justo en la confluencia de los ríos Adaja y Arevalillo que le servía como fosos naturales. Fue Don Álvaro de Zúñiga, duque de Béjar, quien lo reconstruye, aunque en el siglo XVI siendo propiedad de Los Reyes Católicos, fue objeto de importantes reformas en donde pasó de su anterior planta cuadrada a la pentagonal que lo caracteriza y fue dotado de artillería que se nota en sus troneras y el nuevo foso que da a la población. El foso estuvo largamente desaparecido hasta que en 2005 y gracias a las restauraciones, se pone en valor.
Dice la leyenda, que en el castillo se recluyó la reina Isabel de Portugal a la muerte de su esposo Juan II, padres de su Católica Majestad Isabel I de Castilla, que también vivió aquí durante ese período de su infancia y juventud. Otras fuentes dicen que no vivieron en el castillo, sino en unas casas junto a la Puerta de Alcocer, sea como fuere, es innegable la vinculación de Isabel con la villa. El Castillo fue también propiedad de Don Álvaro de Luna y posteriormente, en 1476 pasó a manos de la corona de los Reyes Católicos. A partir de entonces pasa a ser prisión de lujo para nobles donde fueron recluidos Fabrique Enríquez por orden Isabel, Juan Palafox y Mendoza que era Marqués de Ariza y Pedro Téllez-Girón duque de Osuna por orden del Felipe IV. También estuvo preso aquí el Príncipe Guillermo de Orange.
El castillo perteneció al propio consistorio durante siglos sufriendo abandono durante el siglo XIX en donde sus materiales fueron utilizados en otros menesteres. Finalmente por motivos económicos y con la condición de que fuera utilizado como silo, Arévalo cedió la propiedad al Servicio Nacional del Trigo del Ministerio de Agricultura que acometió reformas y restauraciones. Actualmente se utiliza como centro de reuniones y para visitas turísticas, aunque como hemos comentado antes, sólo los fines de semana con visitas guiadas. En la Torre del Homenaje se puede visitar el Museo del Cereal.
La Torre del Homenaje, fue construida sobre una torre mudéjar que existía previamente. Los muros del castillo son en su parte inferior de sillería, según parece pertenecientes al castillo anterior y, la parte superior, de ladrillo rojo, muy característico de la zona. A lo largo de sus muros, se superponen garitas y matacanes similares a los del Castillo de Coca, con su característico estilo mudéjar, lo cual hace pensar que fueron obra del mismo arquitecto. Las guerras de Sucesión y de la Independencia, lo arruinan paulatinamente y en 1812, se desvincula de la corona en las Cortes de Cádiz y, se aprovecha el recinto como cementerio.
En el mismo cerro, ya hubo en tiempos un castro romano y una fortaleza musulmana. El pentágono, que fue construido después de la muerte de Fernando el Católico, se construyó para dotar al castillo de defensa artillera y presenta torres redondas en sus ángulos y garitas en las medianeras de sus cortinas. Destacan sobremanera el tamaño de la cañoneras del que no existen en otros lugares del país antes de finales del siglo XV. En definitiva, un bonito castillo, bien rehabilitado al que le echo de menos mucho mas tiempo para poder ser visitado su interior y su museo para, sobre todo conocer más íntimamente su enorme historia.
¡¡Conoce y vive España!!
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