El Castillo de Íscar es inmenso, con una de las torres del homenaje más grandes que hemos visto nunca, que además es de forma pentagonal. El castillo también es de planta de pentágono irregular y se encuentra en ruina progresiva, presenta algunos cubos medio derruidos y otros con grietas. Está en un cerro, a las afueras de la población vallisoletana de Íscar. No entiendo como la Junta de Castilla León, ha dejado este precioso castillo casi abandonado a pesar de utilizar su magnífica torre del homenaje como observatorio anti-incendios. Estando allí, a las puertas del monumento llegó la persona encargada en ese turno de la vigilancia y nos estuvo comentando que no, que el castillo no se podía visitar y que él, tan solo estaba allí para realizar esas labores de vigilancia del amplio entorno que se podía divisar desde lo alto de la torre. Me alegró mucho que el monumento sirviera para ese menester, pero me dio mucha pena, que desde la junta, no se tuviera en cuenta la belleza del recinto medieval para mantenerlo en óptimas condiciones y que fuera visitable por el público, que creo que tanto el castillo como los amantes de los mismos, nos merecemos mutuamente.
La primera mención sobre esta fortaleza viene dada en 939, cuando una crónica musulmana relata que las tropas de Abderramán III, se adentraron en la zona, para destruir los asentamiento cristianos al sur del Duero, encontrando el castillo abandonado, que lo arrasaron y asolaron las propiedades de las gentes del lugar. No fue hasta 1086, tras la toma de Toledo que no se repobló Íscar definitivamente. Alfonso VI ordenó la repoblación de la zona a Álvar Fáñez de Minaya. Sobre las ruinas de anteriores fortalezas, dominando desde lo alto el pueblo y el mar de los pinares, se alza el Castillo de Íscar, cuya parte más antigua conservada data del siglo XIII, que son restos de murallas y el interior de la Torre del Homenaje. Se dispuso igualmente un foso, excavado en la piedra de caliza.
En la segunda mitad del siglo XV, se reforzó la torre con fines defensivos, se edificó una barbacana que servía de acceso a la torre mediante un puente levadizo y, en el lado opuesto, se añadió un espolón defensivo con dos torrecillas convirtiendo la planta del monumento en pentagonal. En una de ellas aparecen los escudos de Pedro de Zúñiga y Avellaneda y de su esposa, Catalina de Velasco y Mendoza, II Condes de Miranda, esto permite fechar la obra entre 1478 y 1493. Delante del espolón se construyen tres cubos haciendo una barrera artillera con troneras y también se añadieron otros cubos al recinto primitivo. Se construyó una bóveda de crucería en la torre que hubo de reforzar en el siglo XV con una columna central y reconstruir el muro sur.
Los condes perdieron todos los derechos y privilegios sobre Íscar en la desamortización y su castillo quedó en manos de los lugareños y terceros herederos. En 1989, una familia de la población compra el castillo y lo mantiene abandonado hasta que en 1991 el ayuntamiento procede a su compra por 78.000€. Desde entonces, el ayuntamiento y otras entidades como Caja España, la Diputación de Valladolid y la Junta han aportado 3.000.000€ para la reconstrucción, la cual va avanzando poco a poco y ha dotado al monumento de servicios, pavimentación del patio de armas y la construcción de un pabellón de madera para acoger visitantes. No se si esto es anterior o posterior a nuestra mencionada visita en julio de 2023, pero la impresión que nos dio fue de abandono y, a las fotos me remito.
¡¡Conoce y vive España!!
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