Un precioso castillo blanco de la provincia de Valladolid al que llegamos bastante tarde y, aunque pudimos verlo por el exterior, el interior fue imposible, también porque al parecer solo abre los sábados y domingos. Escaso tiempo el que está dispuesto el monumento para visitas, algo que viendo el castillo como es, se me antoja ridículo. El castillo es de estilo gótico del siglo XV aunque con reformas y actuaciones posteriores, si no, seguro que el monumento estaría bastante deteriorado, a pesar de la firmeza de su construcción de sillares de granito blanco, una maravillosa fábrica.
El castillo ha pasado de unas familias a otras en numerosas ocasiones en sus cinco siglos de historia, entre ellas Los Mendoza, Los Sandoval. Durante cuatro años perteneció a D. Álvaro de Luna, valido del Rey castellano Juan II, padre de la Reina Isabel. Finalmente, llegó a manos de Los Pimentel, Condes de Benavente, quienes dieron un gran impulso al monumento construyendo el foso, un pozo y diversas estancias interiores. Castillo de planta cuadrada y doble recinto amurallado de forma concéntrica, cuya muralla exterior cuenta con almenas y refuerzos en los ángulos en forma de cubos semicirculares.
En 1255 Alfonso X, cede Portillo al Concejo de Valladolid, aunque el castillo todavía no existía. En 1339, el Rey Alfonso XI, cede la villa a su hijo, el Infante Tello y luego es confiscada durante la guerra civil que enfrenta a Enrique con su hermano Pedro I, venciendo Enrique, que devuelva la posesión a Tello, que inicia las obras de construcción del primer castillo de la villa. Tello, en su testamento cede la villa y la fortaleza a sus cuatro hijos de forma mancomunada pero, el rey Enrique II, ordena que solo la reciba uno de ellos. Posteriormente en 1378, entrega Portillo y su castillo a su hijo, el Duque de Medina Sidonia y, a la muerte de éste, vuelve a la Corona.
Portillo, forma parte de la dote matrimonial de la infanta castellana, María, hija de Enrique III, en 1409 que se la vende a su hermano Juan II en 1415. Enrique IV, retendrá la posesión del castillo y eleva la torre del homenaje y construye una parte palaciega desde 1454 a 1464, cuando es entregado al Conde de Benavente. Tanto el conde como el castillo cambian de bando rápidamente durante las guerras civiles previas a la consolidación como Reyes de Castilla y Aragón de los Reyes Católicos.
Tanto Portillo como su castillo han sido frecuentemente moneda de cambio en las disputas acaecidas durante la Baja Edad Media en Castilla, convirtiéndose en prisión de los nobles tanto de un bando como de los otros, según iba cambiando de parecer el conde, cuando se posicionaba o cambiaba de chaqueta en unas u otras ocasiones. Larga e interesante historia atesoran éstas piedras. Es un castillo muy grande y bonito que necesita de algunos arreglillos ya que empieza a dar muestras preocupantes en algunos de sus elementos.
¡¡Conoce y vive España!!
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