Es un castillo que se encuentra bastante bien conservado, aunque hay partes ruinosas pero, que a pesar del tiempo sigue en pie desafiante. A nosotros, particularmente, a pesar de no ser visitable y no estar como en sus mejores tiempos, nos gustó mucho, aunque, para ser justos, no le he puesto demasiada nota. Se encuentra en la esquina de dos calles de la población y, alrededor del recinto del castillo se pueden observar cimientos de otras construcciones. Su promotor fue el Conde de Luna, Diego Fernández de Quiñones y su mujer María de Toledo, al igual que de los cercanos Castillo de Quintana del Marco (del que solo queda la torre del homenaje) y del Castillo de Laguna de Negrillos.
La primitiva construcción data del siglo XI cuando el rey cristiano Alfonso IX concede el fuero. En 1496, los Reyes Católicos confiscan el castillo a Diego de Quiñones por ciertos desafueros que hizo a un criado del Obispo de Astorga y, al año siguiente, al solucionarse el entuerto, la fortaleza fue restituida al conde (con la iglesia no se jugaba). El monumento, de estilo románico, data del siglo XV y consta de una torre del homenaje en la esquina noroeste, con 11m de lado, cinco plantas y unos 22m de altura. El monumento se completa con un recinto amurallado formando un cuadrado irregular con tres cubos, uno en cada esquina restante y otro cubo en la medianera del este, que es por donde se accedía al castillo. También se puede apreciar alguna tronera y, arriba de la puerta de entrada un escudo que, me supongo sería de los Quiñones.
El recinto no es visitable por dentro y es de propiedad particular. Aunque por fuera se encuentra más o menos bien conservado, por dentro tan solo se pueden observar algunos cimientos de algunas dependencias.
¡¡Conoce y vive España!!
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