Un gran monumento, también llamado Castillo de San Martín de Montalbán, que es su nombre más completo, ya que existe en la localidad de Montalbán en Teruel, los restos de una fortaleza a las afueras llamada también Castillo de Montalbán. Ésta de San Martín de Montalbán, que es como se llama la lejana localidad a la que pertenece, es una fortaleza inmensa que, aunque el interior no está excavado y, se supone que enterrado debe haber mucho por descubrir, a nosotros nos ha encantado. Ver el castillo es un poco complicado, ya que el recinto se encuentra vallado a unos kilómetros y, tan solo si tienes suerte, y te cogen el teléfono, puedes concertar una cita. Nosotros llegamos y estuvimos llamando sin suerte y, cuando nos íbamos, llegó un hombre que había quedado con un grupo, pero que llegaba tarde y ya no había nadie. Alguien del grupo le dijo que bordeara la valla, hasta que se acabara y que entrara hasta el carril y siguiera por el carril adelante y, nosotros detrás.
A este grupo, que recorrió el carril en coche, le estaban haciendo una visita guiada, pero nosotros no quisimos meternos en medio y vimos todo por nuestra cuenta y riesgo, ya que el monumento está en ruina progresiva. El guía nos miraba, pero no nos dijo nada. Bueno, a lo que vamos, este castillo es muy bonito, de ahí mi valoración a pesar de estar en ruinas. El recinto está rodeado por completo con muros, torres y unas puertas para gigantes preciosas. Como siempre digo, los castillos rehabilitados y reconstruidos, están muy bien, pero de vez en cuando me gusta encontrarme con un monumento casi virgen, sin actuaciones contemporáneas que tergiversen las construcciones.
El Río Torcón hace un foso natural por tres de los lados del castillo. Éste río se encuentra a unos 100m de profundidad desde las murallas traseras del castillo. "Cerca" del castillo se encuentran unos dólmenes por el sur y por el este, el santuario visigodo de Santa María de Melque. Éste castillo sustituyó a uno anterior de origen árabe que probablemente fue abandonado tras la conquista cristiana de Toledo. Debido a su cercanía al santuario visigodo, es probable que aquí hubiera alguna construcción visigoda o incluso alguna romana, que no se sabe porque no se ha hecho ningún estudio arqueológico. La fortaleza fue construida en el siglo XIII por los Templarios una vez que Alfonso VII les cedió estos territorios donde ubicaron una de las más importantes encomiendas de su Orden en Castilla. Tanto es así que, en 1275, pasó a tener la consideración de la Encomienda Mayor de la Orden de Santiago en Aragón.
En 1308, la corona lo recupera y Alfonso XI se lo dona al caballero Alfonso Fernández Coronel. Este caballero entra en disputa con el rey Pedro I, llamado El Cruel (mal, muy mal, seguro que esto no acaba muy bien), al final pasó lo que tenía que pasar, que el caballero Alfonso Fernández, fue ejecutado (a quien se le ocurre meterse con El Cruel), y Pedro I, se lo cede a Doña Beatriz, su hija ilegítima. Tras el Golpe de Tordesillas, el infante don Enrique de Aragón secuestra a un joven Juan II y lo traslada a Talavera. El joven rey, ayudado por Álvaro de Luna, logra escapar de su cautiverio y se refugia en el Castillo de San Martín de Montalbán, en noviembre de 1420. Don Enrique, se dirigió con sus huestes al castillo y, ante la imposibilidad de tomarlo lo sitia durante dos meses, tras los cuales, Enrique levanta el cerco, por el apoyo que tuvo Juan II por la comunidad de Villa Real, que mandó unos mil hombres armados en apoyo del rey. Como premio, el rey concedió a Villa Real el título de Ciudad Muy Noble y Muy Leal, cambiando su nombre de Villa Real a Ciudad Real.
Poco después, el territorio de Montalbán pasó a manos de Álvaro de Luna y cuando éste fue ajusticiado en Valladolid, a su viuda que lo habitó en varias ocasiones. Bajo el reinado de Enrique IV, el castillo fue adquirido por su valido Juan Pacheco, Marqués de Villena y, desde entonces sigue transmitiéndose a sus sucesores, los duques de Osuna. El castillo de Montalbán, es el más robusto y extenso de la provincia de Toledo, por lo que, aparte del sitio a Juan II, antes mencionado, no existe documentación de que fuera atacado en ninguna batalla. En su interior, perduran restos del anterior castillo musulmán, de planta cuadrangular y mucho más pequeño. Tenemos mas de 15.000m² rodeados de murallas almenadas, con torres cuadrangulares, algunas de ellas con garitas en sus ángulos.
El Castillo de San Martín de Montalbán ofrece un aspecto impresionante, dado su tamaño y el de sus lienzos y torres. Fabricado en mampostería de piedra berroqueña de color pardo que contrasta de manera especial con sus sillares en sus ángulos, de piedra caliza blanca, enmarcando saeteras, aspilleras, dovelas y jambas y, sobre todo las aristas de su dos grandes torres albarranas. El punto más vulnerable del recinto es su fachada sur, que da a un terreno llano y que es donde se concentran la mayoría de las defensas. Había, un ancho foso y un torreón semicircular con almenas y saeteras a modo de coracha prolongando la barbacana exterior. El acceso al interior del castillo se realiza por dos puertas protegidas por dos grandes torres albarranas pentagonales. Las puertas muestran dos grandes arcos apuntados con una altura de mas de diez metros. Las dos puertas son similares pero la de la derecha alberga salas con habitaciones, saeteras y cuatro matacanes de ladrillo, y la de la izquierda es maciza. En el interior del recinto hay dos cisternas subterráneas de gran capacidad.
La parte de la muralla que da al precipicio, al estar protegida por éste, es más débil, con algunos tramos de tapial que han perdido su coronamiento. Existe la leyenda de que en éste castillo se guarda, en sus subterráneos la mesa de Salomón, traída desde Jerusalén por el General Tito hasta Roma. Posteriormente los visigodos, se hicieron con el territorio romano y se la trajeron a Hispania. Los Godos, establecen la capital del reino en Toledo, donde los nuevos reyes, tenían que ser coronados en presencia de la Mesa de Salomón y, ante la abrupta irrupción de los musulmanes, conquistando a velocidad de relámpago la Hispania visigoda, se dice que trasladaron a toda prisa la mesa a este castillo o a la ermita visigoda cercana de Santa María de Melque, un lugar definido como El Escorial visigodo de la península. ¿Se encontrará esta mesa buscada por grandes hombres de la historia, desde Felipe II al mismísimo Hitler, en estos subterráneos? Quien sabe, a veces la realidad supera a la ficción.
¡¡Conoce y vive España!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario