miércoles, 13 de agosto de 2025
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El método empleado, llamado ruina montium, consistía en conducir grandes volúmenes de agua desde la sierra cercana de la Cabrera y los Montes Aquilianos a través de una red de canales que superaba los 300 kilómetros de longitud. El agua, acumulada en depósitos en lo alto, se liberaba con fuerza para provocar derrumbes controlados, arrastrando la tierra y dejando al descubierto las vetas de oro. Era un sistema muy eficaz, pero también extremadamente destructivo para el entorno natural.
Durante su época de mayor actividad, Las Médulas movilizaron a miles de personas, entre esclavos, soldados y población local obligada a trabajar para Roma. La magnitud de la obra y el valor del oro extraído hicieron que esta explotación fuera clave para la economía del imperio. Tras el abandono de la mina en el siglo III, la zona quedó marcada por su relieve artificial. Con el tiempo, la naturaleza fue recuperando el terreno, cubriendo las laderas con vegetación, especialmente castaños centenarios, que convivían y convivirán en el futuro con las formaciones rojizas.
En la actualidad, Las Médulas están reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y se han convertido en un destino turístico y cultural de primer orden. Varios senderos y miradores, como el de Orellán, permiten apreciar la magnitud de este paisaje único y entender cómo la mano del hombre fue capaz de transformar por completo una montaña en busca de un solo recurso, el preciado oro.
¡¡Conoce y vive España!!
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