A pesar de no poder verlo por dentro, ya que llegamos bastante tarde, le pongo una buena nota por lo bien que se ve la torre por fuera. La paradoja fue que en nuestra visita, era la feria medieval y estaba el pueblo abarrotado de gente, y la torre cerrada. Puede que hubiera estado abierta todo el día, pero la fiesta medieval merecería un esfuerzo por parte del consistorio por mantener abierto hasta tarde, su monumento más emblemático, ¿no creeis?
El Torreón de Andrade se encuentra en la localidad de Pontedeume, en la provincia de A Coruña. Se trata de una torre medieval construida en el siglo XIV por Fernán Pérez de Andrade, conocido como “O Boo”, un noble gallego de gran influencia durante los reinados de Pedro I y Enrique II de Castilla. El torreón formaba parte de un castillo más amplio que fue levantado para controlar el estuario del río Eume y proteger los dominios de la familia Andrade, una de las más poderosas de Galicia en la Edad Media. Por supuesto que el tal O Boo, tenía otros castillos por la zona.
La historia del torreón está estrechamente ligada a los propios Andrade, señores feudales que acumularon poder gracias a su alianza con la monarquía castellana. Durante siglos, la fortaleza fue el símbolo de su autoridad sobre la villa y los alrededores. Desde su posición estratégica dominaba la desembocadura del Eume y el camino que unía la costa con las tierras del interior. Con el paso del tiempo, y especialmente tras la caída del poder feudal, el castillo fue perdiendo importancia y muchas de sus estructuras desaparecieron. Solo el torreón principal sobrevivió, convirtiéndose en el vestigio más visible de aquel conjunto señorial.
Arquitectónicamente, el Torreón de Andrade responde al modelo típico de las torres del homenaje medievales gallegas. Tiene planta cuadrada, muros gruesos de piedra granítica y una altura cercana a los veinte metros. En su parte superior conserva almenas y matacanes, elementos defensivos que permitían proteger la entrada y vigilar el entorno. En el interior, las distintas plantas estaban comunicadas por escaleras de piedra y servían como espacios de residencia, almacén o vigilancia. Aunque su aspecto es sobrio, la solidez de su estructura refleja el carácter militar y simbólico del poder señorial de la época.
A lo largo de su historia, el torreón sufrió reformas y periodos de abandono. Durante las revueltas irmandiñas del siglo XV, la familia Andrade logró conservar su fortaleza frente a los ataques populares, algo que no consiguieron muchos otros linajes gallegos. Con los siglos, el edificio perdió su función defensiva y pasó a ser un simple recuerdo del pasado feudal. En el siglo XX se realizaron trabajos de restauración que evitaron su ruina y hoy se encuentra en buen estado de conservación, integrado en el casco histórico de Pontedeume.
El torreón se sitúa en el centro de la villa, muy cerca del puente sobre el Eume que da nombre a la localidad. Es visible desde distintos puntos del municipio y se ha convertido en un emblema local. En su interior alberga una pequeña exposición sobre la historia de los Andrade y del propio Pontedeume, lo que permite al visitante conocer mejor el contexto histórico del monumento. Entre las curiosidades, destaca que desde su azotea se obtiene una de las mejores vistas del estuario y del entorno natural del parque das Fragas do Eume.
El Torreón de Andrade es el testimonio de la época en la que la nobleza controlaba el territorio mediante la fuerza de sus castillos. Su presencia recuerda el papel que Pontedeume desempeñó como centro administrativo y defensivo bajo el dominio de los Andrade, un linaje que marcó profundamente la historia de Galicia durante varios siglos.
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