Castillo de Castilnovo (Segovia) ⭐⭐☆☆☆

        Aunque El Castillo de Castilnovo es bonito en si, al ser privado y estar excluido al público le doy peor nota. Eso si, si tienes la suerte de que te inviten a algún congreso, evento, boda, divorcio o alguna cosa parecida, podrás visitarlo por dentro. Está bien que si un edificio de estas características es privado, sus dueños lo utilicen como mejor les parezca, pero debería ser obligatorio estar disponible para visitas con unos horarios mínimos, sobre todo, si es un monumento como este, que se encuentra bien rehabilitado y que perfectamente podría ser visitable. La cultura debe estar por encima de todo y de todos. Bueno, al llegar al castillo nos encontramos con la dificultad de no llegar a verlo casi desde  ningún sitio, al estar dentro de una finca inaccesible y las pocas vistas de las que disponíamos nos dificultaba la visión del mismo la vegetación circundante. Al menos sacamos un par de fotos medio decentes.

     El Castillo de Castilnovo, se encuentra en el condado que le da nombre al monumento. El estilo es el mudéjar toledano obra de alarifes musulmanes, aunque su estado actual poco recuerda a la época califal debido a las numerosas modificaciones del monumento que se superponen cada  uno con distinto estilo arquitectónico. Como muchos de estos edificios, es una mezcla entre castillo y palacio y presenta tres torres prismáticas y otras tres cilíndricas, adornadas con distintas ventanas de distintos tipos, como el alfiz, ajimezados, arcos de herradura, apuntados, etc. En su fábrica se utilizaron tanto piedras de sillería, ladrillos mudéjares y calicanto. Aunque el origen es mudéjar, no se han encontrado restos que nos puedan decir si era del siglo VIII o el X ya que lo que actualmente vemos es a partir del siglo XII. 

    Aquí se alojó Fernando I de Aragón y la reina Leonor. Posteriormente el rey Juan II se lo entrega a su valido, Álvaro de Luna, luego, Enrique IV se lo entrega al Marqués de Villena. Posteriormente Fernando el Católico lo compra junto a una gran extensión de terreno y crea el señorío para cedérselo a su hija Juana de Aragón como dote matrimonial. A la muerte de Felipe el Hermoso, la Reina Juana, se hospeda en este castillo para estar en compañía de su medio hermana Juana de Aragón. 

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