Pues estuvimos aquí para ver su castillo, también llamado Baluarte de Tahoma o de la Tajona, pero, lo que nos encontramos fue un pueblo del interior de la Axarquía malagueña, muy bonito pero, en el que el castillo está prácticamente destruido. Así que no sabía muy bien que nota ponerle. La valoración viene dada más por el pueblo en sí, que por el casi inexistente castillo. Dicho esto, el pueblo nos encantó, tiene muchos elementos arquitectónicos medievales, aunque fabricados en épocas mucho más recientes, claro.
El castillo era de época árabe de fecha incierta pero sobre los siglos IX o X, aunque se sabe que hubo alguna fortaleza anterior, la alcazaba, está muy enmascarada por construcciones mucho más actuales. Lo que queda de la antigua fortaleza son, dos torres, llamadas la Tahona Grande y, la Tahona Chica y, fragmentos de murallas dispersas por la población. La alcazaba fue profundamente transformada por la construcción en su interior del cementerio municipal, aún vigente. Los restos de la torre, fabricada en tapial y muy erosionada por los vientos imperantes en la zona, conserva partes de un zócalo de mampostería y ladrillo. Dentro del cementerio se conservó un aljibe en buen estado.
El castillo fue edificado sobre una antigua fortaleza romana, y desde su ubicación tenemos unas vistas privilegiadas tanto del pueblo, como del macizo de Sierra Tejeda por el norte y hasta el mar por el sur, por eso, a Comares la llaman El Balcón de la Axarquía malagueña, con una visión desde sus mas de setecientos metros de altitud. Con posterioridad a la época altomedieval, la fortaleza debió crecer, al igual que la población, y rodear el nuevo casco urbano. No se han hecho estudios que revelen la configuración exacta del castillo en el bajomedievo. Hay lienzos de muralla, como el situado junto a la calle Agua, la desaparecida Puerta de Málaga o la Tahona Chica que dan pistas de que, el recinto amurallado debió acoger el casco urbano moderno, el cual se encuentra configurado con un estilo totalmente islámico.
La importancia táctica de Comares derivó en ser uno de los baluartes más importantes de la revuelta de Omar Ben Hafsun contra el poder de los Omeyas. Esta larga rebelión entre los años 880 a 918, ocupó una gran extensión de terreno, desde el Campo de Gibraltar, Morón, Écija, Martos, Bacor, Fiñana, etc. o lo que es lo mismo, toda la provincia de Málaga, partes de Cádiz, Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada y Almería, en definitiva casi toda la parte sur del Guadalquivir. Tras la toma de Comares por Abd al-Rahmán III, Califa de Córdoba, coronado en 929, aplastando la larga rebelión, la fortaleza siguió persistiendo. Tras el fin del califato, en 1016, se crearon los Reinos de Taifas y, Comares sirvió de refugio a los reyes destronados, dada su situación inexpugnable. Luego llegaron los almorávides entre 1090 y 1145 y posteriormente los almohades desde 1152 a 1212.
Tras la toma de Antequera en 1410, Comares pasó a ser zona fronteriza y a controlar las alquerías cercanas. El 29 de abril de 1457, una vez que Vélez-Málaga se rindió ante las tropas cristianas, Comares también pasó a Castilla. Hay una ruta musulmana por las laberínticas calles de Comares que se puede seguir gracias a unas huellas de cerámica incrustadas en el suelo y a mosaicos con reseñas históricas. La Iglesia de la Encarnación fue erigida sobre la antigua mezquita y es otro de los puntos importantes de la población. Otro de los atractivos actuales de Comares es su tirolina, la más larga de España (436m de largo y hasta 100m de altura con una velocidad de hasta 38km/h) con anclaje natural y donde el barranquismo, la escalada y otros deportes de aventura tienen aquí un punto caliente en la provincia.
¡¡Conoce y vive España!!
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