El castillo se encuentra en la localidad abulense de Arenas de San Pedro. Es un recinto muy bien conservado, es visitable de forma guiada por tan sólo 3€ todos los días de 10 a 15h, excepto los lunes que permanece cerrado. ¿Adivináis porqué no pudimos verlo por dentro? bueno, miento, pudimos entrar al patio de armas al menos. Pues sí, llegamos muy tarde y ya estaba cerrado, aunque también estaban desmontando o montando para un concierto, que se suelen hacer dentro del castillo. Como decía, al menos entramos al patio de armas y pudimos hacer algunas fotos del interior.
Ésta fortificación también recibe otro nombre, Castillo de la Triste Condesa, que era la viuda del condestable de Castilla en tiempos de Juan II, Álvaro de Luna. Fabricado en estilo gótico se encuentra en pleno centro de la población y aparece en llamas, como emblema en el escudo heráldico de la ciudad, aunque no se tiene constancia de que sufriera los incendios a los que alude el escudo y el lema de "Siempre incendiada y siempre fiel". El castillo fue mandado construir en 1400 por el Condestable Ruy López Dávalos para hacer saber su dominio sobre estos territorios que le fueron entregados por el rey castellano Enrique III, independientes del Concejo de Ávila.
Éste castillo en realidad lo iba a construir en el Colmenar (actual Mombeltrán), mejor comunicado, pero la oposición de la población, que veía la construcción de la fortaleza como un símbolo de opresión hizo que al final lo construyera en Arenas. La construcción se hizo de manera apresurada en ésta ubicación al no haberse planificado, y de forma apresurada, ante la negativa de Colmenar, contrastando con las ubicaciones más elevadas. Eso sí, fueron los habitantes de las villas y aldeas del señorío, como La Adrada, El Colmenar, Candeleda, y Castillo de Bayuela, los que financiaron con sus impuestos, esfuerzo personal y la aportación de sus caballerías y carretas para la construcción del castillo, incluso tuvieron que seguir pagando esos impuestos una vez terminado de construirse el castillo hasta 1423 en los que hay documentación de la queja de los vecinos por este motivo.
En 1422, las obras parecían finalizadas y, ante el destierro de López Dávalos se hizo con la propiedad del mismo, Rodrigo Alonso de Pimentel, segundo conde de Benavente. En 1430, se lo regala a su hija, Juana Pimentel por su boda con Álvaro de Luna, y posteriormente, tras ser ajusticiado su esposo en 1453 tras un complot, firmaría como la Triste Condesa en sus documentos. En 1460, su hija María de Luna, se casaría en este castillo con Íñigo López de Mendoza, ante el acoso que sufría su madre para que la casara con el hijo del Marqués de Villena, que quería las posesiones del ajusticiado condestable, por lo que este castillo pasó a formar parte del ducado del Infantado de los López de Mendoza. Fruto de ese matrimonio, nació en éste castillo su hijo, Diego Hurtado de Mendoza y Luna, futuro III duque del Infantado y mecenas del renacimiento.
El castillo siguió siendo propiedad del ducado en los siguientes siglos, a pesar de su creciente ruina y deterioro, como todas las fortificaciones de los siglos XVI y XVII. Cuando llega a la ciudad el Infante Don Luís a finales del siglo XVIII, se considera que la fortaleza ya no es habitable. En el siguiente siglo, la villa sufrió incendios tanto en la Guerra de la Independencia, como en la primera guerra Carlista, aunque es muy probable que el castillo al estar en desuso, no fuera afectado por esos incendios. Eso sí, en 1812 se convino en usarlo como cementerio y en 1849 se valoró convertir el patio en cárcel. En 1853 Manuel Álvarez de Toledo, se lo cede al ayuntamiento de Arenas de San Pedro.
Ya en 1960 se valoró por el Estado español, convertirlo en Parador Nacional, aunque no se llevó a cabo, permitiendo que desde aquellos años hasta la actualidad fuera escenario de diferentes actividades culturales al aire libre, como conciertos, teatro, danza, proyecciones y conferencias, una de las más reconocidas es el festival de música indie Ecopop, durante algunas ediciones. En 2007, el castillo fue objeto de rehabilitaciones tanto en el adarve como en la Torre del Homenaje, albergando distintas salas de exposiciones abiertas al público bajo el patrocinio de la desaparecida bióloga estadounidense Lynn Margulis.
El castillo responde al tipo de construcciones del siglo XV como fortificación y palacio que se hacían en la época, sobre todo en el norte ante la bajada de la frontera con los musulmanes. Fabricado con bloques de granito y de planta cuadrada, con cuatro torreones circulares en sus esquinas, torres cuadradas en las medianeras de sus lienzos y, donde destaca la imponente Torre del Homenaje, rectangular de cuatro plantas y 26m de altura cuyas plantas superiores estaban destinadas a residencia noble con sus balcones y ventanas gótico-mudéjares, enmarcadas algunas por un ajimez y protegidas por matacanes.
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