Fuimos al ver este castillo que se encuentra en ruinas pero que se puede acceder en coche hasta muy cerquita por un carril que no esta mal del todo. El castillo se encuentra casi virgen pero muy deteriorado al ser muchas de sus partes de tapial. Ocupa una gran extensión de terreno en lo alto de un cerro y debió de ser muy bonito. Algunos muros y torres semicirculares son de mampostería y se han conservado mejor, pero se han caído muchas partes por la ruina y la poca atención obtenida de nuestras autoridades. Ya estaba atardeciendo y fue nuestra última visita del día. La verdad es que ver un castillo así, en ruinas y donde la mano del hombre del siglo XX o XXI no ha metido baza, también tiene su encanto porque, en contra de lo que pueda parecer, todo es como más auténtico ¿contradicción? pues, probablemente.
El cerro donde se ubica la fortificación se encuentra a más de 1000m de altitud, al sur de la población pero retirada unos metros. Todo el recinto, excepto el cerro, está sembrado, sobre todo del carril hacia abajo. El carril, va rodeando el cerro para salvar la pendiente y conforme vamos subiendo se nos muestran unas bonitas vistas. Esta construcción se le atribuye a la época nazarí por la forma de construcción y por las cerámicas encontradas, probablemente en el siglo XIII cuando el Reino de Granada quiere consolidar la nueva frontera con Castilla, aunque puede que hubiera aquí alguna construcción anterior.
El último alcalde nazarí del castillo de Piñar, fue Sidi al-Mandari, afín al emir Boabdil, pero que en 1484, viendo el percal, abandonó la fortaleza y se exilió al Reino de Fez, donde fundó la población marroquí de Tetuán, reconstruyéndola de las ruinas que los portugueses habían dejado en 1437, razón por la cual, las dos poblaciones se encuentran hermanadas desde el año 2000. Fue conquistado por los Reyes Católicos, aunque me supongo que si el castillo fue abandonado por su alcalde, tan sólo tuvieron que tomar posesión del mismo. Tras la expulsión de los moriscos decretada por sus católicas majestades, el castillo acusó una gran decadencia.
En la década de los 90, el castillo pasó a pertenecer al la Asociación Nueva Acrópolis y realizaron una excavación arqueológica en 1994 descubriendo restos de viviendas y una calle. A principios del presente siglo, pasó a ser de titularidad municipal y se iniciaron algunas obras de consolidación de las partes más degradadas del castillo para evitar nuevos derrumbes. La extensión de la fortaleza ocupa unos 3.000 m² y es de forma ovalada. Hasta 1956 existía una barbacana alrededor del cerro. Las murallas, originalmente de tapial, fueron forradas de mampostería la mayor parte, muchos de ellos derruidos. Cuenta en total con once torres, nueve de ellas cuadrangulares y dos semicirculares. Tres de las torres, integran el conjunto defensivo de la puerta de entrada situada en el norte.
Una de las obras que más llaman la atención dentro del recinto es un aljibe de hormigón, enlucido con mortero de cal, presentando además restos de almagra (pigmento rojizo empleado artísticamente) e integrado por dos naves con bóvedas de cañón que también denotan el paso del tiempo ya que se encuentran a medio derruir. Existe otro aljibe, mucho más pequeño, adosado a la muralla, cerca de la puerta de acceso, también de hormigón y enlucido de mortero blanco.
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