El yacimiento romano de Cáparra se encuentra en el norte de la provincia de Cáceres, y pertenece a la población de Oliva de Plasencia, en la comunidad autónoma de Extremadura. Nosotros fuimos a verlo y, la verdad es que nos gustó mucho a pesar de que nos encontramos el Arco Cuadriforme en obras y no pudimos disfrutarlo como debiera. Tampoco nos gustó mucho que no hubiera visitas guiadas o un centro de interpretación con videos explicativos, maquetas o es tipo de herramientas divulgativas. A pesar de ello es un sitio que disfrutamos visitándolo y comprobando como siguen trabajando en la excavación.
Esta antigua ciudad romana se ubicaba en un punto estratégico de la Vía de la Plata, una de las principales rutas de comunicación del occidente de Hispania, lo que favoreció su desarrollo económico y comercial durante la época imperial. Cáparra pertenecía a la provincia romana de Lusitania y alcanzó su mayor esplendor entre los siglos I y III d.C., tras obtener el rango de municipium, que confería a sus habitantes ciertos derechos y privilegios cívicos.
Uno de los elementos más destacados del yacimiento es su famoso arco tetrápilo, una estructura única en la península ibérica. Este arco monumental de cuatro vanos, situado en la intersección de las dos principales calles de la ciudad (el cardo y el decumano), es el símbolo más representativo de Cáparra y se conserva en muy buen estado. A su alrededor se articulaban los principales espacios públicos, como el foro, que albergaba la plaza central, la basílica y varios templos, conformando el núcleo político, administrativo y religioso de la ciudad.
La ciudad también contaba con termas públicas, donde se realizaban actividades de higiene, sociales y de ocio, y que incluían diferentes salas como el frigidarium, el tepidarium y el caldarium. Aunque no se han conservado restos monumentales de un anfiteatro o teatro, se cree que Cáparra disponía de instalaciones para espectáculos y entretenimiento, como era habitual en las ciudades romanas. Además, se han encontrado restos de domus, viviendas privadas de ciudadanos acomodados, así como mosaicos, inscripciones y objetos cotidianos que ofrecen una visión detallada de la vida en la ciudad.
Cáparra fue lentamente abandonada tras la crisis del Imperio romano y la llegada de nuevos pueblos, y acabó despoblada en época medieval. Las excavaciones continúan revelando nuevos datos sobre la historia de esta ciudad, que es uno de los enclaves romanos más singulares del oeste peninsular.
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