Este sitio nos encantó, justo al lado de la carretera, tiene un pequeño centro de interpretación en el que al menos una chica nos explicó algo de lo que íbamos a ver. Luego bajamos hacia el yacimiento que no está demasiado lejos y en camino nos encontramos unos cuantos lagartos preciosos, incluso se quedaban parados como posando para fotos y videos. Si echamos en falta que hubiera visitas guiadas, o a unas malas que en vez de un pequeño contenedor hicieran algún centro de interpretación en condiciones y mostraran videos, maquetas, etc.
El Castro de Baroña es uno de los yacimientos arqueológicos más representativos de la cultura castrexa en Galicia. Está situado en una pequeña península rocosa frente al océano Atlántico, en el municipio de Porto do Son, A Coruña. Desde allí se dominaba el mar, se controlaban recursos pesqueros y se disponía de defensas naturales frente a posibles ataques. La proximidad al agua y la dificultad de acceso hicieron que este lugar fuese ideal para establecer un poblado en época prerromana.
El castro fue ocupado aproximadamente entre los siglos I a. C. y I d. C., en plena transición entre el dominio indígena y la romanización. Pertenecía a una comunidad castrexa organizada en clanes o familias. Su construcción se explica mejor como un esfuerzo colectivo de sus habitantes, que levantaron defensas y viviendas adaptadas al terreno. El castro era, en definitiva, el reflejo de una sociedad que vivía de la agricultura, la ganadería, la pesca y el marisqueo, y que además mantenía intercambios con pueblos cercanos.
Arquitectónicamente destaca por su sistema defensivo. Tenía murallas concéntricas de piedra que rodeaban el poblado, reforzadas por el propio relieve rocoso de la península. El acceso estaba protegido por una entrada en recodo, lo que dificultaba la entrada directa de posibles enemigos. En el interior se conservan restos de unas veinte viviendas de planta circular u ovalada, construidas con muros de piedra seca y techumbres vegetales. Estas estructuras reflejan la tipología habitual de los castros gallegos, donde la vida se organizaba en torno a espacios comunitarios reducidos y se buscaba la máxima adaptación al entorno.
Como curiosidad, el Castro de Baroña se asocia a la idea de un pueblo que miraba más al mar que al interior. La ubicación tan expuesta, a diferencia de otros castros situados en colinas, refuerza la idea de que la comunidad tenía una fuerte vinculación con la pesca y el comercio marítimo. Además, su conservación es singular porque se mantiene en un paisaje casi intacto, lo que permite al visitante una experiencia muy cercana a cómo debió de ser la vida en el asentamiento.
El estado actual es de yacimiento arqueológico protegido y estudiado, aunque expuesto a la erosión del mar y del viento. No se conocen conquistas militares documentadas sobre este castro en concreto, su abandono probablemente estuvo relacionado con la integración de la población en el nuevo sistema romano, que transformó la vida y las costumbres de los pueblos castreños. Las condiciones de vida en este asentamiento no debieron ser fáciles ya que su proximidad al Océano Atlántico, con tormentas y fuertes vientos debieron instar a sus habitantes a abandonar este emplazamiento y buscar otros enclaves menos duros. La suerte es que no fue destruido, sino abandonado pacíficamente.
Hoy en día, el Castro de Baroña es un símbolo de la identidad cultural gallega y un lugar de gran valor histórico y turístico. Su imagen, recortada sobre el Atlántico, es una de las más reconocibles de la arqueología de Galicia, y sigue despertando interés por lo que cuenta sobre las raíces de las comunidades que habitaron esta tierra hace más de dos mil años. Como curiosidad, aquí en medio de una especie de plaza, se encontró un aro de oro que, por su tamaño debió pertenecer a una niña. Este pendiente se encuentra en el Museo Arqueológico sito en el Castillo de San Antón, en A Coruña. Es una pieza de orfebrería castrexa de gran valor histórico, que confirma el uso de adornos y elementos de prestigio en la comunidad que habitó el poblado.
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