El Castillo de Sobroso se encuentra en Galicia, concretamente en el municipio de Mondariz, en la provincia de Pontevedra. Nosotros llegamos un poco antes de la hora de cierre del recinto y no pudimos hacer la visita guiada pero al menos pudimos entrar y verlo por dentro.
Está situado en lo alto de una colina a unos 334 metros de altitud, lo que le otorgaba una posición estratégica para controlar los valles y caminos cercanos. Desde allí se domina un amplio paisaje, lo que lo convirtió en un punto clave tanto militar como político durante siglos. Su origen se remonta al siglo X, aunque fue a lo largo del siglo XII cuando adquirió mayor relevancia. El castillo estuvo ligado a importantes familias nobles gallegas como los Sarmiento y los Sotomayor y fue escenario de luchas internas entre linajes. Destacó especialmente durante las disputas entre doña Urraca, reina de León, y su hijo Alfonso VII, pues el castillo sirvió como bastión en los conflictos de la época.
De hecho, fue un lugar donde se refugiaron reyes y nobles, lo que le otorga un lugar singular dentro de la historia medieval gallega. En cuanto a su arquitectura, el castillo presenta la estructura típica de una fortaleza medieval gallega. La torre del homenaje es su elemento central y más representativo, rodeada por murallas que en su día incluían varias torres defensivas. Con el paso del tiempo, el castillo sufrió remodelaciones y ampliaciones, adaptándose tanto a necesidades defensivas como residenciales. A pesar de ello, mantiene un carácter sobrio, con muros de piedra granítica que le confieren un aire sólido y resistente.
El Castillo de Sobroso también fue escenario de conquistas y asedios. Durante las revueltas irmandiñas en el siglo XV, una de las mayores rebeliones populares de Galicia contra los abusos señoriales, fue atacado y destruido parcialmente. Posteriormente fue reconstruido y continuó en uso, aunque poco a poco fue perdiendo importancia militar y cayendo en cierto abandono. Con el paso de los siglos, el castillo llegó a estar en estado ruinoso. En el siglo XX fue restaurado por iniciativa de personajes como Alejo Carrera Muñoz, cronista y escritor, que dedicó buena parte de su vida a su conservación.
Hoy en día se encuentra en buen estado y se utiliza como centro de interpretación histórica y espacio cultural, abierto al público y con actividades que permiten conocer mejor la Edad Media gallega. Entre sus curiosidades se cuenta que fue un punto clave en las disputas por el poder entre distintos reinos y nobles, y que la propia reina Urraca llegó a estar vinculada a él. Además, su emplazamiento lo convierte en uno de los castillos más pintorescos de Galicia, rodeado de bosques y con una panorámica que realza su carácter medieval.
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